Una vez que la grabación está completa, comienza el proceso de mezcla y masterización, donde cada elemento sonoro se fusiona para crear una fusión armoniosa y equilibrada. Los ingenieros de sonido expertos ajustan cada detalle, desde el nivel de volumen de cada pista hasta la ecualización precisa, para lograr un sonido claro, potente y lleno de matices.

El mastering en estudio de grabación es el proceso final de producción musical donde se optimiza la calidad del sonido y se asegura la cohesión de un álbum. Involucra ajustes como ecualización, compresión y nivelación del volumen para lograr cohesión entre las canciones, corregir problemas de sonido y hacer que la música suene lo mejor posible en diversos sistemas de reproducción. El objetivo es obtener un sonido consistente, balanceado y profesional en todo el proyecto musical.

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